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miércoles, 14 de enero de 2009

VIII-Subida al Montdúver-Kilómetro Vertical

Bueno, pues ya van cuatro ediciones, seguidas, desde que conozco esta prueba pues que no me la pierdo, tiene ese ligero toque mágico, que me hace año tras año volver, tiene un halo familiar que une a la gente y hace que subir y subir se convierta en algo, entrañable y divertido. Dia de perros, o día de runners, ya durante el viaje mis compañeros me decián, "agua, Miguelico, hoy vas a disfrutar...", y ellos llevan razón, desde mis nueve horas y cuarto en la MIM-08, calándame hasta los huesos, que quede rebautizado de alguna manera y ahora el agua y el barro formamos una cierta simbiosis difícil de descifrar, es como si en ciertos tramos del recorrido me convirtiese en el "hombre-arena" de Spiderman y mis Salomon, al penetrar en el barro se fundiesen miméticamente formando parte del entorno.



"...señores, esta lloviendo el 90% del recorrido y en la cima esta granizando...", decía el Speaker, desde megafonía, yo debajo de la pancarta de salida, me debatía en si dejarme puesto el chubasquero o atarlo a mi cintura. Salimos, casi 400 locos para arriba, la moto de la organización a modo de Safety Car, neutraliza los primeros cientos de metros, los campos y cauce del rio estan totalmente anegados por el agua, un carrito de Mercadona, yace en el fondo del cauce totalmente hundido,... efectivamente había llovido un huevo.





Definitivamente la moto se aparta y la salida ya es formal, los primeros salen espoleados, por una carretera asfaltada y cubierta por el agua, la cual chapoteábamos cual caballos de Curro Jimenez, al principio dábamos saltitos de bailarina, pero al poco disfrutábamos como niños a la salida de clase, y ahora aún mejor...nadie nos iba a reñir.
Me quedo demasiado rezagado, los 3 kms., tan lisos, hacen mella en mi, pues no tengo velocidad y al comenzar las primeras sendas, me veo inmerso, de nuevo, en una ristra de corredores, que ahora si que iban lentos para mi, entrábamos mas en mi terreno pero tenía una ardua tarea de adelantamiento, mas propio del Paris-Dakar que de una carrera de montaña, osea, adelantar por donde sea y como sea, eso si, respetando al contrario y a mi integridad fìsica. Poco, a poco conseguí llegar mas menos a mi posición natural, gracias a que comenzaba el verdadero terreno de montaña, se hace duro, pero el entorno, mas natural para Roncesvalles, hace las delicias de los corredores, bruma, humedad, arroyos, charcos y madreselvas que nos teletransportan al mas espectacular escenario natural del Señor de los anillos.

Esa rara mezcla entre sufrimento por el esfuerzo y belleza paisajística hace de este deporte algo diferente. Ya llegando a las antenas, la espesa niebla nos envuelve cual ángeles querubines, y no sin un agonizante ascenso, consigo llegar a la base de las enormes antenas que coronan la cima, apenas si veo a dos fotógrafos que muy estoicamente desempeñan su labor y que gracias a ellos estas crónicas son ilustradas. Meta, por fin, 1.34:15, no se si está bien o mal, realmente ha sido una carrera bonita pero rara, no la he disfrutado deportivamente aunque sí estéticamente.


Luego, corriendo hasta La Drova, donde un caldo calentito y sandwiches de jamón york y queso a la plancha nos estaban esperando. Allí estaban, Paco Lázaro y José Muscle, que hacia una eternidad que habían llegado 11º(3º vet.A) y 7º de la general respectivamente, de locos, menudos bichos. Autobús hasta Gandía, ropa seca y otra muesca mas a las Salomon. Debut espectacular, con el equipo, de Marco Antonio Arnedo, nuevo fichaje de este año, y no menos espectacular debut en montaña de la gacela villenera Juan Carlos Ruiz, que desde Carros de Fuego 2007, la Integral de Picos de Europa 2008, tontea con las cumbres y seguro que se liará con ellas.