Damocles, era un miembro de la corte del Rey Dionísio "El viejo", y como cortesano que era siempre envidiaba todo el poder y riquezas que tenía su rey, al final tanto lo comentaba que llego a oídos del rey tal envidia y planificó una estrategia para escarmentarlo; lo invitó a que pasará siquiera una noche haciendo su papel de rey con todo lo que ello conllevaba, Damocles, aceptó gustoso. Cuando se encontraba en pleno banquete observo que justo sobre su cabeza pendía una espada sujeta tan solo por un pelo de la crin de un caballo, claro, automáticamente se puso nervioso y declinó al momento seguir con aquel juego temeroso de que en cualquier momento aquel acero atravesara su cabeza. Una excelente metáfora para que comprendiera el precio que se paga por otorgar un gran poder, en referencia a la amenaza constante e inesperados peligros susceptibles que conlleva ser Rey...
...pues bien, mi espada de Damocles, en estos momentos es mi talón, lo veo por encima de mí pendiente de un pelo, pero de rana, y son constantes e inesperados peligros en forma de media, maratón, ultras y kilómetros verticales los que no vaticinan nada bueno, llevo unas semanas, como decía en mi anterior post que el talón se está despertando y después de todo lo que llevo en estos dos años de pelea, casi prefiero abandonar el puesto de Rey y salir de la corte una temporada.
Tras mi carrera del domingo, sigo con dolor intenso al andar y ya no me parece tan normal. En la clínica de Alcoy donde me pusieron la EPI, me comentaron que en caso de recaída debería de volver a darme una nueva sesión, solo una, como mantenimiento, pero mi pregunta es..., ¿esa sesión de EPI, simplemente es cambiar el pelo de rana, por uno de caballo?... y ahí sigo dándole vueltas al tema y de momento no aparezco por la corte,... no entreno, reposo, hielo y una buena dosis de humildad y respeto por mi fascitis plantar-talonera.