Con motivo del 50º aniversario de nuestros tocayos del Centro Excursionista de Elda, se organizó el pasado domingo 18 de noviembre, esta carrera denominada de montaña aunque realmente es bastanta llana. Tan solo en el tramo de Rabosa -sierra cercana a Elda-, se podía decir que era propiamente de montaña. En una gélida mañana dominical, 100 valientes desafiamos, por una parte la temperatura, 0º y por otra la distancia, ya que pasaba con creces de la media maratón, fuero 30 kms. que al final de la carrera, me hicieron proferir de nuevo frases impronunciables, tipo carros de fuego. El día de antes había sido mi cumpleaños (42), y me quise regalar esta carrerica. Me lo tome como lo que fue, un rodaje largo para ir preparándome en distancias mas largas y poder acometer en septiembre, con mas garantías, la travesía de Aigües Tortes, esa espinita que llevo clavada.
Pasada la primera hora de carrera, el sol empezó ya a caldear el ambiente y se agradecía, aunque ya en montaña y por la umbría, se notaba que había helado, incluso los charcos estaban todavía congelados a las 11 de la mañana. Bueno a una media de 10 kms. por hora pude conseguir terminar la prueba, terminé muy, muy cansado, se notaba que el kilometraje no era el habitual, pero había que sufrir y se sufrió. Tuve ocasión de saludar a mis amigos de Elda, Juan Carlos Sánchez, a Conchi Maestre, José del Amo, y mi compañero este año en los carros Manuel Beneito, de Bañeres. De hecho, siempre una de las cosas mas bonitas de las carreras, es poder saludar y compartir momentos con los amigos que amamos las montañas y sus carreras.
Pasada la primera hora de carrera, el sol empezó ya a caldear el ambiente y se agradecía, aunque ya en montaña y por la umbría, se notaba que había helado, incluso los charcos estaban todavía congelados a las 11 de la mañana. Bueno a una media de 10 kms. por hora pude conseguir terminar la prueba, terminé muy, muy cansado, se notaba que el kilometraje no era el habitual, pero había que sufrir y se sufrió. Tuve ocasión de saludar a mis amigos de Elda, Juan Carlos Sánchez, a Conchi Maestre, José del Amo, y mi compañero este año en los carros Manuel Beneito, de Bañeres. De hecho, siempre una de las cosas mas bonitas de las carreras, es poder saludar y compartir momentos con los amigos que amamos las montañas y sus carreras.
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