Domingo, 16 de marzo, 5:15 AM, pi, pi, pi, pi, pi!!, cago en la leche, yaaaaaaaaaa!!!!. Pues si era tan cierto como la vida misma. El despertador de mi reloj, me tocaba arrebato, había que ponerse el chip runnero y saltar de la cama, con el pie derecho si podía ser, para emprender un nuevo reto. Siempre a estas horas, piensas,... quien me mandaría a mí haberme hecho corredor de montaña, pero eso solo son los primero 5 minutos, luego enseguida te haces a la idea y te dices a ti mismo que hoy puede ser un gran día... o no.
Hala, así como el que no quiere la cosa, mi amigo Juanjo y yo cogemos el coche y nos metemos 200 kms. hasta llegar, 2 veces en tres semanas, otra vez a Castellón, esta vez a la capital y mas en concreto a Peñeta Roja, en el Desierto de Las Palmas. Era la última de las tres carreras que componían la "liga" antes "copa" de carreras de montaña de la Comunidad.
Cuando bajas del coche,... que quereis que os diga, ya estaba casi cansado. El madrugón y la porra de kilometros, abaten al mas pintado. Pero enseguida llega lo bueno, te llamán por detras,... ¡Hooolaaa Miguelico, campeooooón, que no perdonas una! y entonces ya te haces el chulico y casi que te quieres comer el mundo aunque sepas para tus adentros que en tus entrenos de la semana te has pisado la lengua tropecientas veces.
Empieza la carrera, casi 24 kms por delante, tengo raras sensaciones, me veo, de momento en el grupo de los 50 o 60 primeros, no me lo creo, pero....empezé muy fuerte y luego se cumple el pronóstico, al poco, me va pasando todo cristo viviente, comienzo a maldecir, las empinadas cuestas, en forma de terrazas, de la segunda y dura subida, y eran 6, madre mía, otra carrerita para echar el resto. Antes de llegar a un avituallamiento le pregunto a uno de los organizadores..¿Esta subida es la cuarta o la quinta? y alucino cuando me dice, es la tercera, y es que por aquí, consideran subida a montañas duras de pelar y no a lo que a mi me parecen pirámides. Apreto los dientes, me tuerzo el tobillo dos veces, en la siguiente bajada, pero no es nada, puedo seguir, veo como se distancian corredores que en otras carreras llevo casi siempre detrás, algo pasa..., me voy desinflando a medida que avanza la carrera, me digo a mi mismo que tengo que apretar, bebida de isotónica, bocado de vitargo y p'alante, la sala de máquinas me pide mas madera, pero..., no hay nada que hacer,... no voy, ando y ando y subo y subo... y no voy.
Me acuerdo de mis pájaras en carros de foc, y vuelvo a desenpolvar frases que un runner que se precie no debería nunca pronunciar, las montañas se me transforman en gigantes cual molinos de viento y llega otro pico y otro y otro, y yo ando y ando y ando. Por fín, km. 20 ya veo el final pero apenas me quedan fuerzas..., coño una bajada, esta es la mía, me dejo caer a tumba abierta y logro maquillar el resultado,... todavía tengo una cuenta pendiente por estos montes y a fe mía que tengo que saldarla. Ducha, y otros 200 kms. hasta casa. Lo mejor, que mi compañero de club, Paco Lázaro, había conseguido el 2º puesto en veteranos y a la postre el 2º en el campeonato, es un meteoro.
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