...perdonar por el lapsus, pero me estaba poniendo hielo en los talones, prosigo la odisea...
...nada mas cruzar el quicio de la puerta del avituallamiento de Catamarruc, un superflash metereologico envolvió a todo el valle, y un estruendo ensordecedor puso en su sito a cada uno, la naturaleza como ente dominante y nosotros los humanos como meros átomos en todo aquello, justo aquí te das cuenta de lo insignificantes que somos en medio de las tormentas y como todo aquello te suena casi casi como a bonoloto ya que cualquier rayo de aquellos estaba en el bombo de un sorteo en el que todos llevábamos papeletas, tan solo temía una cosa, al igual que a aquellos conocidos e irreductibles galos y es que el cielo se desplomara sobre mi cabeza.
Llevo la capucha puesta de mi chubasquero sobre las gorra, en menos de un segundo ya estoy empapado, aunque sólo por fuera, es un buen chubasquero, de lo mejor que he comprado (Ternua), empiezo una bajada empinada de hormigón que mas tarde se traducirá en un impracticable barrizal, varios corredores que me precedían viendo el cariz de la situación se han refugiado en el lavadero del pueblito aquel que hacia la vez de improvisado refugio, yo prosigo y al poco oigo tras mía las voces de una chica, Begoña, muy graciosa y dicharachera ella, a la postre finisher, iba maldiciendo aquel barro y pronunciando extrañas frases en contra de aquella masa de tierra que quería engullir nuestros pies. Compartimos un tramo juntos, cuando mas agua caía sobre nosotros, era de San Juan y se le veía muy valiente, en un momento de despiste, nos pasamos de las marcas y nos vemos a otro corredor Salvador Maciá, que le ha pasado lo mismo, no sabemos que hacer estamos dudando, llega otro corredor y otro, hasta que vemos entre los almendros gente bajar que nos grita para orientarnos, nos toca retroceder una vez mas sobre aquel barrizal hasta encontrar la derivación del cámino hasta un camino rural asfaltado que nos introduciría en un maravilloso barranco de les encantats.
En este transcurso de tiempo la lluvia había parado algo y un buen número de runners "atrapados" en Catamarruc había soltado lastre y formábamos una cadena humana de corredores bajo una intermitente lluvia que a los mas nerviosos no hacia mas que hacer quitar el chubasquero y volverlo a poner, porque aquella maldita tormenta era como los B-52 te bombardeaba y volvía a dar la vuelta para que no quedase títere con cabeza.
Comienza la entrada al barranco, es todo precioso, parece un microclima en medio de toda aquella debacle, las sendas son ahora ramblas y el chop, chop de las zapatillas sobre ella, es la cantinela común bajo nuestros pies, a todo esto, los truenos en aquella oquedad boscosa eras mas que respetuosos y ninguno rechistábamos al poderío extendido del Dios Trueno, era como si aquel barranco encantado nos deparará unos kms, de travesía para no olvidar.
Todos en hilera, nos dábamos calor, la lluvia arreciaba, de vez en cuando nos encontrábamos excursionistas ocasionales que mínimante preparados y máximamente empapados se habían topado de lleno con una tormenta que tampoco olvidaran y a buen seguro que mas de uno a estas horas estará tomando Frenadol. Las vistas eran preciosas, madreselvas, florecillas y frondosas zonas de bosque vestían todo aquel mágico escenario que le otorgaba su nombre. Nosotros mientras, y en rigurosa fila de a uno, íbamos devorando kms., encharcados hasta los dientes, solamente pensando en llegar al siguiente avituallamiento. Tras varios cientos de truenos, charcos, mini-riadas y algún que otro resbalón, llegaríamos al collado que indica el final de aquel maravilloso entorno que en otra ocasión menos húmeda habrá que volver a visitar.
Los corredores que saben de mi lesión, me preguntan como voy, saben que ya llevamos cerca de 40 kms, de carrera, les contesto que de 1 a 10 voy por el 3, que lo voy llevando y hasta yo en ese momento no era consciente de que el dolor de talones no sabe de matemática ni de porcentajes ni de nada lógico. Nos desviamos ahora a nuestra derecha, dejando en nuestro margen izquierdo una bonita casa rural, en la que estoy seguro que todos nos hubiésemos quedado al lado del fuego. Lo que venía ahora no tiene nombre, eran solo tres kms.,cresteando, pero que tres kms.!!! una mezcla de rocalla y barro rojo, envolvían mis nuevas salomon, que daba lo mismo del color que fueran, porque aquello era el tinte, a cada pisada salían propulsados hacia mis adentros chorros de barro que se proyectaban en mis pantorillas, un barro caldoso y ocre digno de un combate de chicas en cualquier tugurio de Ohio, mientras decenas de barbudos vaqueros coronados con sus sombreros imaginan que están dentro de aquel embarrado cuadrilátero.
De repente el barro se torna a marrón grisáceo, nuevo terreno mas llevadero y menos piedras, pero por desgracia estos tres kms, de piedras y barro han hecho subir el porcentaje de dolor de mis talones del 3 por lo menos al 6, por si acaso desenfundo un ibuprofeno y me lo tomo, ya veo al fondo Beniarrés, pero está todavía lejos, al menos 2 kms., nos queda un km. de bajada hasta el asfalto que lleva a la presa, sale el sol, pero solo para engañarnos, ya voy atravesando el pantano junto con mas compañeros, me noto los talones doloridos, enfilo junto a Salva Macia, nuestro último km. interminable hasta el avituallamiento, suena el móvil, es Malpica, ha salido muy fuerte, no se ha hidratado bien y el calor y ahora la lluvia le han destrozado, tiene unos calambres espantosos y lo ha dejado, ya está llegando a Alcoy, con alguién que se había ofrecido a llevarlo junto a otro amigo. Yo todavía le digo que mi idea es continuar, y asi era en ese momento, pero en los últimos 500 mts. empiezo a darle vueltas a la cabeza, llevo 9 horas, y 44 kms. y quedan al menos 41 y otra 9 o 10 horas...
Avituallamiento, carpa gigante, síntomas de civilización, corredores descansando, comiendo, cambiándose de ropa, un verdadero trasiego digno de un mercado medieval, llego, me siento en las sillas plegables de madera reservadas para los runners, y me digo lo dejo, así de repente, me veo que puedo quizás ir otros 10 ó 20 kms. (4 horas), pero no hasta final, me duelen los talones y de todas formas no voy a ser finisher y encima voy a agravar la lesión. El objetivo no está cumplido pero al menos he llegado en 9 horas justa hasta el 44 con unos 2500 m+ que no está nada mal. Se lo digo a la chica de la organización y en ese momento me quita el chip de la muñeca. ¡¡¡Que extraña sensación!!!, algo mío se fué con aquel chip..., hasta hacía poquito, era un numero el 315 alguién que estaba intendo aquella gesta y que mucho incrédulos tomaban por loco al cruzarse por los pueblos que atravesábamos y ahora de repente, estaba descatalogado y olvidado del mundo, como si aquellas 9 horas de sudor, barro y mi corte en la mano, no hubiesen valido para nada..., que sensación digo, que mal, cuanto tiempo hace que no me ocurría esto, sabía que era lo correcto pero aquel ratico que pase bajo la carpa es duro para un finisher...
Engullendo macarrones calenticos, vi llegar a gente amiga, forera y extraños, de todas las edades y sexo y vi como se reponían y continuaban su andadura, una envídia sana invadia mi cuerpo mientras maldecía mi lesión. El tiempo se volvía a poner muy negro y comenzaba de nuevo a llover pero aquellos valientes seguían como hipnotizados hasta su objetivo, esto es lo que hace grande a este deporte, ¿porque sigues hasta meta?, pues simplemente porque esta ahí y hay que llegar, así sin mas. En ese momento llegó Franscisco Robres, el primero de la carrera larga (160 kms), que había salido el viernes a las 11 de la noche desde Alcoy, y estaba allí ni mas tranquilo con casi 130 kms, en sus piernas, su gesto era decidido y apenas mostraba signos de cansancio, estaba concentrando y mientras echaba en su bidón mas combustible miraba oteando el horizonte como desafiándolo, al final ganó la prueba en 27 horas y pico.
Tras dos horas de espera a que llegase la furgo de 9 plazas para retornarnos a Alcoy, y junto a otros 8 compañeros que corrieron la misma suerte, 9 historias distintas llegaron hasta Alcoy donde recogi el coche, justo en ese momento llegabá el 3º Clasificado de la Mitja LLuna, que cruel es el destino, como restregándomelo en la cara..., triste que no derrotado me encamine para casa, prometiendo volver y vencer.
Fotos de Los Jabas "Manzaneque"
Fotos de Joxe F. Plazaola
Fotos de Vitorunner
Fotos de Natxo
Fotos de Noeargar
Fotos de A to trapo
...nada mas cruzar el quicio de la puerta del avituallamiento de Catamarruc, un superflash metereologico envolvió a todo el valle, y un estruendo ensordecedor puso en su sito a cada uno, la naturaleza como ente dominante y nosotros los humanos como meros átomos en todo aquello, justo aquí te das cuenta de lo insignificantes que somos en medio de las tormentas y como todo aquello te suena casi casi como a bonoloto ya que cualquier rayo de aquellos estaba en el bombo de un sorteo en el que todos llevábamos papeletas, tan solo temía una cosa, al igual que a aquellos conocidos e irreductibles galos y es que el cielo se desplomara sobre mi cabeza.
Llevo la capucha puesta de mi chubasquero sobre las gorra, en menos de un segundo ya estoy empapado, aunque sólo por fuera, es un buen chubasquero, de lo mejor que he comprado (Ternua), empiezo una bajada empinada de hormigón que mas tarde se traducirá en un impracticable barrizal, varios corredores que me precedían viendo el cariz de la situación se han refugiado en el lavadero del pueblito aquel que hacia la vez de improvisado refugio, yo prosigo y al poco oigo tras mía las voces de una chica, Begoña, muy graciosa y dicharachera ella, a la postre finisher, iba maldiciendo aquel barro y pronunciando extrañas frases en contra de aquella masa de tierra que quería engullir nuestros pies. Compartimos un tramo juntos, cuando mas agua caía sobre nosotros, era de San Juan y se le veía muy valiente, en un momento de despiste, nos pasamos de las marcas y nos vemos a otro corredor Salvador Maciá, que le ha pasado lo mismo, no sabemos que hacer estamos dudando, llega otro corredor y otro, hasta que vemos entre los almendros gente bajar que nos grita para orientarnos, nos toca retroceder una vez mas sobre aquel barrizal hasta encontrar la derivación del cámino hasta un camino rural asfaltado que nos introduciría en un maravilloso barranco de les encantats.
En este transcurso de tiempo la lluvia había parado algo y un buen número de runners "atrapados" en Catamarruc había soltado lastre y formábamos una cadena humana de corredores bajo una intermitente lluvia que a los mas nerviosos no hacia mas que hacer quitar el chubasquero y volverlo a poner, porque aquella maldita tormenta era como los B-52 te bombardeaba y volvía a dar la vuelta para que no quedase títere con cabeza.
Comienza la entrada al barranco, es todo precioso, parece un microclima en medio de toda aquella debacle, las sendas son ahora ramblas y el chop, chop de las zapatillas sobre ella, es la cantinela común bajo nuestros pies, a todo esto, los truenos en aquella oquedad boscosa eras mas que respetuosos y ninguno rechistábamos al poderío extendido del Dios Trueno, era como si aquel barranco encantado nos deparará unos kms, de travesía para no olvidar.
Todos en hilera, nos dábamos calor, la lluvia arreciaba, de vez en cuando nos encontrábamos excursionistas ocasionales que mínimante preparados y máximamente empapados se habían topado de lleno con una tormenta que tampoco olvidaran y a buen seguro que mas de uno a estas horas estará tomando Frenadol. Las vistas eran preciosas, madreselvas, florecillas y frondosas zonas de bosque vestían todo aquel mágico escenario que le otorgaba su nombre. Nosotros mientras, y en rigurosa fila de a uno, íbamos devorando kms., encharcados hasta los dientes, solamente pensando en llegar al siguiente avituallamiento. Tras varios cientos de truenos, charcos, mini-riadas y algún que otro resbalón, llegaríamos al collado que indica el final de aquel maravilloso entorno que en otra ocasión menos húmeda habrá que volver a visitar.
Los corredores que saben de mi lesión, me preguntan como voy, saben que ya llevamos cerca de 40 kms, de carrera, les contesto que de 1 a 10 voy por el 3, que lo voy llevando y hasta yo en ese momento no era consciente de que el dolor de talones no sabe de matemática ni de porcentajes ni de nada lógico. Nos desviamos ahora a nuestra derecha, dejando en nuestro margen izquierdo una bonita casa rural, en la que estoy seguro que todos nos hubiésemos quedado al lado del fuego. Lo que venía ahora no tiene nombre, eran solo tres kms.,cresteando, pero que tres kms.!!! una mezcla de rocalla y barro rojo, envolvían mis nuevas salomon, que daba lo mismo del color que fueran, porque aquello era el tinte, a cada pisada salían propulsados hacia mis adentros chorros de barro que se proyectaban en mis pantorillas, un barro caldoso y ocre digno de un combate de chicas en cualquier tugurio de Ohio, mientras decenas de barbudos vaqueros coronados con sus sombreros imaginan que están dentro de aquel embarrado cuadrilátero.
De repente el barro se torna a marrón grisáceo, nuevo terreno mas llevadero y menos piedras, pero por desgracia estos tres kms, de piedras y barro han hecho subir el porcentaje de dolor de mis talones del 3 por lo menos al 6, por si acaso desenfundo un ibuprofeno y me lo tomo, ya veo al fondo Beniarrés, pero está todavía lejos, al menos 2 kms., nos queda un km. de bajada hasta el asfalto que lleva a la presa, sale el sol, pero solo para engañarnos, ya voy atravesando el pantano junto con mas compañeros, me noto los talones doloridos, enfilo junto a Salva Macia, nuestro último km. interminable hasta el avituallamiento, suena el móvil, es Malpica, ha salido muy fuerte, no se ha hidratado bien y el calor y ahora la lluvia le han destrozado, tiene unos calambres espantosos y lo ha dejado, ya está llegando a Alcoy, con alguién que se había ofrecido a llevarlo junto a otro amigo. Yo todavía le digo que mi idea es continuar, y asi era en ese momento, pero en los últimos 500 mts. empiezo a darle vueltas a la cabeza, llevo 9 horas, y 44 kms. y quedan al menos 41 y otra 9 o 10 horas...
Avituallamiento, carpa gigante, síntomas de civilización, corredores descansando, comiendo, cambiándose de ropa, un verdadero trasiego digno de un mercado medieval, llego, me siento en las sillas plegables de madera reservadas para los runners, y me digo lo dejo, así de repente, me veo que puedo quizás ir otros 10 ó 20 kms. (4 horas), pero no hasta final, me duelen los talones y de todas formas no voy a ser finisher y encima voy a agravar la lesión. El objetivo no está cumplido pero al menos he llegado en 9 horas justa hasta el 44 con unos 2500 m+ que no está nada mal. Se lo digo a la chica de la organización y en ese momento me quita el chip de la muñeca. ¡¡¡Que extraña sensación!!!, algo mío se fué con aquel chip..., hasta hacía poquito, era un numero el 315 alguién que estaba intendo aquella gesta y que mucho incrédulos tomaban por loco al cruzarse por los pueblos que atravesábamos y ahora de repente, estaba descatalogado y olvidado del mundo, como si aquellas 9 horas de sudor, barro y mi corte en la mano, no hubiesen valido para nada..., que sensación digo, que mal, cuanto tiempo hace que no me ocurría esto, sabía que era lo correcto pero aquel ratico que pase bajo la carpa es duro para un finisher...
Engullendo macarrones calenticos, vi llegar a gente amiga, forera y extraños, de todas las edades y sexo y vi como se reponían y continuaban su andadura, una envídia sana invadia mi cuerpo mientras maldecía mi lesión. El tiempo se volvía a poner muy negro y comenzaba de nuevo a llover pero aquellos valientes seguían como hipnotizados hasta su objetivo, esto es lo que hace grande a este deporte, ¿porque sigues hasta meta?, pues simplemente porque esta ahí y hay que llegar, así sin mas. En ese momento llegó Franscisco Robres, el primero de la carrera larga (160 kms), que había salido el viernes a las 11 de la noche desde Alcoy, y estaba allí ni mas tranquilo con casi 130 kms, en sus piernas, su gesto era decidido y apenas mostraba signos de cansancio, estaba concentrando y mientras echaba en su bidón mas combustible miraba oteando el horizonte como desafiándolo, al final ganó la prueba en 27 horas y pico.
Tras dos horas de espera a que llegase la furgo de 9 plazas para retornarnos a Alcoy, y junto a otros 8 compañeros que corrieron la misma suerte, 9 historias distintas llegaron hasta Alcoy donde recogi el coche, justo en ese momento llegabá el 3º Clasificado de la Mitja LLuna, que cruel es el destino, como restregándomelo en la cara..., triste que no derrotado me encamine para casa, prometiendo volver y vencer.
Fotos de Los Jabas "Manzaneque"
Fotos de Joxe F. Plazaola
Fotos de Vitorunner
Fotos de Natxo
Fotos de Noeargar
Fotos de A to trapo
11 comentarios:
Como yo, como yo, como yo... ya no me acuerdo cuántas veces he dicho eso mientras la leía y me invadía la risa... jejjejeje Yo estuve unas 6 horas de las 9 y media que estuve en la carrera sin signos de civilización y con nadie más para compartir la amenaza de morir por un rayo.... que toooooodas las papeletas las tenía yo en el pas de la casa... jejejejejje
un saludo.
ana
Épica tu batalla, como siempre, has demostrado ser un gran guerrero.
Ahora a recuperarse bien, que tenemos Cavalls ahí, y si te apetece, un poco más adelante la Porta del Cel ...
Vaaaamos!!
Bravo Miguel!!...toda una odisea la que tuvisteís que soportar con la tormenta, de todas maneras, si no llega a ser por las molestias, estoy convencido de que tu coraje de finisher te habría llevado a meta.
Para mi, lo mas importante, es tener la cabeza fria y tomar la decisión correcta cuando todavia te quedaban tantas horas de prueba....carreras hay muchas y ediciones de esta prueba tambien....descansa, reposa ese tobillo y a por la siguiente!!
Un abrazo
Miguel, solo quiero darte ánimos. El abandono es algo que siempre jode pero creo que en breve te darás cuenta que no fué una mala decisión. El año que viene lo intentas de nuevo y con más ganas y fuerza.
Un abrazo.
Miguel me he permitido añadir tu blog a mis "páginas amigas" dentro del mío.
He leído por ahí arriba que alguien se enganchó a esto de las carreras de montaña gracias a tus crónicas. A mí me está pasando algo parecido. Cada vez que te leo me dan ganas de ponerme las zapas y salir por el monte cual cabrilla... lo que sucede que mis retos no son nada comparado con estos tuyos. Enhorabuena por tus carreras y por tus crónicas. Nos vemos.
Hola!!!
Triste, pero no vencido... Me gusta!!
Al año que vien mas!!! 160KM TAL VEZ???
Y sobre todo curate de esa lesión, ANIMO MÁQUINA!!
Silvia
Vaya Miguel, me tenías en ascuas...
Por supuesto que vencerás, pero por supuesto sin que para ello tengas que lesionarte. Eso es lo primero y bien que tomaste la decisión correcta! Eso duele pero más dolería un eventual parón a estas alturas, con todo lo que viene ahora!!
Muy buena la crónica. Enhorabuena!
Leída la segunda parte de la crónica solo tengo palabras de felicitación, si la primera fue buena la segunda me estaba dando la sensación de estar viviendo yo esa experiencia. Recupera bien y seguro que al año que viene la Mitja Luna caerá antes tus pies.
Saludos MÁÑEZ
No se que decirte Miguel, yo tuve que abandonar en la MiM el año pasado y se lo duro que es, pero lo más importante es seguir entrenando y superándose a uno mismo para volver a intentarlo al año siguiente. El próximo sábado la MiM y yo volveremos a echar las cuentas que dejamos a medias en el 2009, y tu lo harás con la Mitja Lluna el año que viene. Saludos DANI
Ana, ¿así que tú también llevabas números?, je, je, creo que todo el mundo pensaba lo mismo.
Rubén, mas bien soldado de plomo, ya que iba con los pies como el idem. Je, je,. Cavalls??? a un mes vista está la cosa chunga, ya vorem, como decis por ahí.
Miguel, seguro que hubiese acabado, pero es cierto, igual de díficil es continuar como decidir abandonar cuando no estás acostumbrado a perder. Gracias por la visita.
Alapont, gracias por los ánimos, se agradecen, y mas viniendo de otro ultra runner como tú, suerte con tus proyectos próximos, de momento a comerte la MIM2010.
Villenero, gracias por tus palabras y por añadirme a tu blog, hombre. Eres un gran corredor de asfalto que vas a meterle caña a la montaña, estoy seguro de que te encantará y que te enganchará, de cualquier manera me alegro que te hayas decantado por probarla, no te defraudará... y yo, en cuanto me recupere de la lesión a acompañarte cuando quiera, aunque tú zumbas mucho. Un abrazo paisano.
Silvia, ¿160?, pues mas bien que no, lo digo ahora, porque si el año que viene queremos hacer la Ultra del MONT-BLANC, este sería un serio entreno así que lo dejaré en quizas!!!. Cuídate.
Nere, hola, y que lo digas!!!, con todo lo que viene ahora!!! y yo con estos pelos, como sueles comentar en tu blog, parece que estoy destinado a lesionarme en mayo, cada año, cahisss, voy a perderme la MIM y la Volta al Terme,... espero volver y...vencer.
Mañez, y tu que lo veas a mi lado junto con Charly, y quizás quien sabe si Angela. Si te animas y mis fascias plantares lo permiten tenemos una Ultra pendiente, quizás Botamarges, te iría perfecta. Ya te contaré.
Dani, gracias por tus palabras de aliento, pero...si...que mal se pasa a las sombra, sin poder entrenar ni competir, sabre esperar cual cocodrilo agazapado a que pase mi ñu...
te deseo lo mejor en la MIM del sábado, dedícame al menos un km. de los 65, te mando muchas fuerzas desde aquí.
Ánimo,sigue recuperándote, que ahora mismo estás otra vez, por el mote como la cabras. Barbi
Publicar un comentario