Domingo, primaveral y casi veraniego,.. aunque a las 6 de la mañana, poco cielo se ve, la oscuridad nos acompañara, vamos atravesando pueblecitos que ahora dormitan, Almansa, Ayora, Jarafuel, hasta la central nuclear de Cofrentes; nada mas divisar sus gigantesca chimeneas no dejo de acordarme de Homer Simpson y sus donuts radioactivos..., Jorge, Charly y este que suscribe, íbamos a defender los colores a tierras valencianas, donde cristo perdió el gorro. 148 kms, y otras tantas curvas nos llevaron, a un pequeño pueblo, digno de un documental, por su situación, barrancos, río, pinos, vistas y cuestas...
Sot de Chera es un pequeño y pintoresco pueblo de la comarca de la Serranía del Turia. Allí 120 corredores, apostados en línea de meta, se disponían a disfrutar de una mañana atípica en cuanto a temperatura se refiera, pocas caras conocidas, hoy han coincidido demasiadas carreras..., pero aún así encuentro a la simpática, Manoli Panizo, del CxM, acompañada por dos miembros mas del club, que no conocía. Nos deseamos suerte, y a las 9.15 comienza la carrera y muy a mi pesar el mal de una larga historia que solo el tiempo dirá hasta donde me lleva.
Apenas, 300 metros por el pueblo, y desde lo hondo del mismo y bordeando el rio Sot afluente del Turia, vamos buscando, cual humo en chimeneas salir por lo mas alto, y que manía, venga cuestas, venga cuestas, asfaltadas para mas inri, entiendo que salir del pueblo, derive en pillar algo de asfalto pero no concibo como en un escenario tan paradisiáco, nos metan 5 kms. seguidos de la negra pesadilla, fue desesperante, a todo esto me iban pasando corredores como si yo literalmente fuese parado, como el anuncio ese de la tele, que el protagonista derrama la leche mientras desayuna y se queda todo congelado menos el, lo que pasa que en carrera el congelado cual pescadilla era yo, y no precisamente por el frío, porque después de 9 kms. de cuesta seguidas y con el sol fugitivo de invierno la temperatura era espectacular.
A partir, del 9, fué otra carrera, ya empezó, el terreno donde estoy acostumbrado, puro monte, y con una bajada, larga y técnica que me devolvió algo de confianza, pero no el tiempo suficiente para salvar los muebles, tras una nueva llegada al pueblo (km.13),bordeando la ribera del río, que invitaba a zambullirse en sus puras y cristalinas aguas, una dura subida, bautizada como R.I.P., por la organización, nos recordaba que lo bueno se acaba, era durilla, pero la subí bastante cómodo adelantando a gente, luego y tras crestear por una de las zonas mas bonitas que he visto, llenas de águilas, cortados y verdosos pinos, fui devorando kms., y recortando tiempo y adversarios, dejando mi posición final algo mas maquillada. El ultimo km. fue crítico pues nuevamente pasábamos a escasos 10 metros de meta pero rodeando la zona, y pasando por un pliege anticlinal gigante y curioso, reclamo turístico de la población. Hasta por fin, cruzar el arco de meta donde mis amigos villeneros ya habían llegado hacia un buen rato.
La sorpresa, llego en el apartado trofeos, cuando, oimos por los altavoces que los villeneros se habian llevado el trofeo a los corredores venidos de mas lejos, ni que decir tiene que se junto la alegría con la sorpresa pues no sabíamos de la existencia de este detalle por parte de la organización. El cuarto corredor, comento delante de nosotros, que los primeros habían acortado pero nadie los vió, quedando para siempre la duda, y por supuesto el deshonor para los que subieron a recoger el trofeo si fuera cierto de tal mezquindad. En definitiva, otra mas para el bote, que ya no me cuentan. Y que creo que marcará un antes y un después en mi carrera deportiva, por diversas circunstancias, a las que ahora no viene a cuento detallar...porque esa sera... otra historia.