La K25 en si misma es un reto, si vas recién salido de una lesión con apenas un mes de entrenos, es un doble reto, pero si encima en el km. 6,5 te haces un esguince y logras terminarla el reto es triple, pónganse cómodos caballeros, empieza el espectáculo...
Domingo, 28 de noviembre, este año por diversas circunstancias me toca ir a mi solo a la K25, pero no tengo problema, yo allí estoy como en casa, la conozco de sobra y está organizada por los grandes CXM, a pesar de que la noche anterior fué terrorífica entre frío y lluvia, no desistí en levantarme a las 5:30 AM, y coger el coche rumbo a Serra, donde tras 160 kms, llegue a la misma temperatura con la que partí de casa, unos gélidos 4ºC, pero con previsión de salir el sol. En cuanto llegué, recogí el dorsal y salude los amigos, allí estaba Miquel liado con los prolegómenos, Manolí Panizo haciendo foticos y El José ayudando a repartir dorsales, todos ellos miembros del CXM, pero que deján colgadas las zapas para organizar esta gran carrera. Otros tantos miembros del club estaban a esa hora diseminados por el recorrido para conseguir una vez mas -y ya van 5º- que todo salga perfecto, y en esto son insuperables.
Mientras me tomo el cortadico de rigor veo que ya voy con el tiempo pegado entre tantos saludos, me voy para el coche y me pongo de corto, hace frío pero se de sobras que lo que te pongas ahora sera un verdadero lastre cuando empiece a subir y 1700 mts.+ dan para mucho. Me pongo por primera vez la equipación del CXM, me lo han pedido y yo encantado...además el año que viene ya tendré mi federativa con este peazo club. Casi sin calentar me voy al la línea de salida y con un puntualidad exquisita, salimos todos en tropel como siempre para dirigirnos a las primeras rampas que rodean el polideportivo, metiéndonos de lleno en el pueblo de Serra y que tras atraversarlo y entre naranjos nos meterán en la ya famosa cuesta interminable y multicolor que nos llevará al Alt del Pi.
Voy muy bien, me siento fuerte, he bajado de peso y lo noto un montón, a pesar de esto no quiero entusiasmos prematuros porque es una carrera muy larga y esos 25,5 kms. como te pases de revoluciones te pasan factura. Ya casi llegando a la cumbre, veo como siempre, a Cristina Castillo, gran corredora y miembro del Club, le choco la mano y me beso la camiseta como diciéndole, esto va por vosotros, .... sigo corriendo perfecto, las sensaciones son inigualables y me planto en la base del castillo de Serra en un periquete, atravieso sus entrañas una año mas y me dispongo a bajar por su exigente y técnica bajada,...pero.... como diría el gran Vicente Fernández en su reanchera...Una piedra en el camino, me enseño que mi destino, era rodar y rodar,... patabummm!!!, crashttt!!!, mi pié izquierdo, no se como, se hundío entre dos piedras, por donde ya había pasado cuatro años atrás pero que este no me iban a perdonar. Al mismo tiempo que note un chasquido en mis ligamentos del tobillo fui perdiendo altura hasta dar de bruces entre todas aquellas piedras..., no iba muy rápido y esto me salvo,...asombrosamente no me hice nada en la caida, pero mi tobillo en los primeros instantes dolía y por unos segundos pensé seriamente que podía no ser finisher por 5º año cosecutivo...los corredores me preguntaron si estaba bien, yo asentí, pero durante al menos medio minuto, me quedé a un lado de la cuneta intentando recomponerme, cambiar el chip y proseguir...como sigue la canción... Despues me dijo un arriero, que no hay que llegar primero, pero hay que saber llegar,... vamos que ni escrita para mi.
Erá el km. 6,5 y todavía me quedaban 19, insufribles kms, para llegar a meta , así que después de mis abandonos en el UTMA y el UTA, no estaba dispuesto a volver soportarlo. A partir de esta circunstancia, el guión de la carrera cambió, ahora por muy bien que me encontrase representaba todo un handicap para mi cualquier bajada, con el consiguiente riesgo de volver a doblarme el maltrecho tobillo, fuí dejando pasar a corredores, y el rédito conseguido hasta ahora iba bajando al igual medida que yo lo hacía, hasta llegar al km. 8 de Serra, aquí nuevamente se sale del polideportivo y por medio de una corta ascensión de asfalto nos metemos de lleno en la segunda subida Ermitans, todo comienza atravesando el cauce del río, ya de por si peligroso, mojado del día anterior y en umbría, así que yo tenía que extremar las precauciones para no poner mi pié en cualquiera de aquellas "trampas" para lobos por las que pasábamos. Me adalantaban corredores, pero yo tenía en mente mis tiempos del año pasado y todavía rodaba en buenos parciales.
La subida a Ermitans, para mi es la mas bonita y entretenida porque puedo correr bastante y la senda me da algo de respiro al tobillo, casi sin darme cuenta llego a la cima, y nada mas empezar la bajada hacia el Marianet, me lo doblo de nuevo, pero ahora solo un amago, joderrr, esta claro esto me iba a costar y esto no era mas que un aviso, y anda que la bajadica no se las trae, con paciencia llego y me dispongo ahora a subir al Sierro, una muy dura subida entre pinos que te hace casi mas mella en el coco que en las piernas.
El año pasado empece a subir por aquí con dos horas justas de carrera, ahora y a pesar de las complicaciones llevaba 1 hora 50, por lo tanto no estaba nada mal. Apriento dientes, el tobillo empieza a molestar y noto sensación de que se me está "durmiendo", seguramente la inflamación va en aumento y la presión de la zapa dificulta el riego sanguíneo, pero tengo que subir hasta la cima y rezar para que en el avituallamiento de alla arriba, haya una furgo de la Cruz Roja,...no sin esfuerzo y con bastante paciencia consigo llegar a la cima, allí corría un airecillo mas que fresco, pero tengo la suerte de que Pere (gran corredor del CXM), tiene Réflex e ibuprofeno, fué mi angel de la guarda, ya que todavía me quedaba hora y media de carrera y sobre todos dos superbajadas en las que seguro iba a necesitar esta ayuda.
Me tumbo, me quito la zapa, me pongo el milagroso spray y al mismo tiempo les digo a los corredores que me ven, que aprieten, que ahora voy a por ellos como en el anuncio, ja, ja, iluso de mi, cuando me puse la zapa y dí los primeros pasos cogeaba mas que antes, ya que la presión de la zapa cedió y el torrente sanguíneo dijo, aleeee!!! aquí estoy yo, dejando mi tobillo algo más hinchado, pero yo confiando en que esto tendría su recompensa. Aquella cuesta hasta bajar de nuevo al Marianet y que siempre hacía como alma que lleva el diablo, la hice al ritmo cansino que ofrecía la ocasión, pero esto era lo que había y nada más.
Enfilo mi último escollo, sigo llevando los 10 minutos de ventaja, creo que fué porque al bajar mas despació guarde fuerzas para trotar mas en lo llano, alguna ventaja tenía que tener ¿no?, fué asombroso, el ibuprofeno y e Réflex se aliaron para en tan solo 12 minutos hacer cumbre en Rebalsadors, última cumbre del trayecto, de allí al Mirador sin parar y al ser pista aproveche para afianzar mis pasos, pero claro al llegar al Mirador, una superbajada hasta meta me iba a complicar el tramo final, donde tuve que emplearme a fondo y bajar corriendo como por un campo de minas y rezando para no doblarme de nuevo el tobillo, la bajada es muy técnica, pero me encuentro con fuerzas, incluso cojo a corredores que durante la caida me habían adelantado, esto me anima y entro en meta a todo correr para bajar, un minuto mi tiempo con respecto al año pasado. Todo un premio para lo que había tenido que llevar a cuestas desde el fatídico kms. 6,5 donde mordí el polvo.
Un año mas, era finisher de la K25, recogi la camiseta, me tome la ración de pasta que ofrecía la organización y me fuí pitando al bar, a por hielo para mi tobillo y a por una gran cerveza para mi, que me la había ganado con creces. Tras un rato, y no queriendo ver como se ensanchaba el tobillo, cogi el coche y volví a casa. Luego supe que los organizadores, llamaron por megafonía a los full finisher, de todas las ediciones pero yo no sabía nada y mi tobillo menos quería saber, por lo tanto un trofeo mas que merecido que no recogí.
Como siempre, excelente organización y marcaje, y eso que cada año está más díficil organizar este evento, pero que seguro que tendrá que seguir adelante, porque Serra y La Calderona ya no serán lo mismo sin su K25. Enhorabuena CXM's.
Por la noche ya en casa, hielo, mucho hielo, aquí queda testimonio como había quedado el tobillo, así que cuando no son los talones, es el tobillo, el caso es que 2010, no me ha tratado bien. Ya las próximas carrera que quería hacer (Castalla, Calpe, Travesía La Mola/Altamira-Trotada Cervera-San Silvestre), todo al garete...pero volveré.