...la suerte está echada, ayer hizo un mes que me dí el primer "pinchazo" milagroso con la EPI, y tras 30 días de entrenos progresivos, puedo decir que el resultado ha sido fantástico. También reconozco que la recuperación debería de ser, algo mas lenta, pero viendo el gran reto del 26 de agosto, he tenido que apretar el acelerador...pero siempre respetando las señales de tráfico y la calidad de la calzada...
Tras varios entrenos nocturnos, con Malpica y Toni Flor, para ir acostumbrando la vista a correr de noche y al cuerpo a varias horas seguidas de ritmo ultra, que a pesar de lo que su nombre pueda presuponer es justo lo contrario, osea, trotar-andar, con el fin de hacer muuuuchos kms. Me doy cuenta de que la lesión efectivamente parece curada, pero sin abusar. No duele nada al entrenar si no se abusa en las bajadas y al enfriarse el talón apenas quedan resquicios de la lesión. Gracias a vendajes funcionales con Tape, que me ayudan a llevar mejor el tema de la descarga de los sóleos y gemelos, que los jodios se han puesto también de acuerdo par aguarme la fiesta y "tirar" juntos de la parte trasera de los dos talones. Aún así no me fío y "por dentro" como diríamos coloquialmente, me lo noto todavía en fase de maduración por lo que no hay que lanzar las campanas al aire.
Los fines de semana también he hecho los deberes y yo solito y saliendo bien temprano me he pateado mi querida Peña Rubia, primero, 10, luego 15, 18, 20 y 25 kms. el último domingo para preparar el primer parcial antes del examen final. Este viernes y junto a la armada villenera (vamos 14 ), voy a hacer la Maratón del Aneto,...si de acuerdo está la de 69 y la de 100 pero tengo que tener los pies en la tierra y ya tendré bastante el 26 de Agosto enfrentándome a los 166 kms. del Montblanc.
De momento, salud y buenos alimentos, cabeza para entrenar y competir y bastante hago ya en correr la maratón del Aneto, para como estaba mi cuerpo hace un mes, que estoy echando los higadillos por la boca, después de mi última etapa desde primeros de abril sin casi entrenar. Lo que no me va a quitar nadie es un fin de semana espectacular en Pirineos en compañía de buenos amigos donde compartir afición, risas, deporte y ...como no, varias cervezas.