Pi, pi, pi, pi, no no erá un sueño, el despertador me llamaba a diana, tenía que bajar al buffet del hotel y desayunar bien, la segunda prueba de las Gore-Tex, me estaba esperando, a las 10 salían las chicas y a las 10:15 los chicos, ahora sí todos al mismo tiempo en salida conjunta. Tome, todos los hidratos que pude, sabedor, de lo que me esperaba, mis piernas, de momento, no parecía acusar, la explosión energética del día anterior, y tranquilamente me dispuse a subir, en mi coche, los 7 kms. que separan las estación de Ampriú de mi hotel en Cerler. Por cierto esta subida es la mítica subida ciclista de Cerler de la vuelta ciclista a España y no es para menos, pues las cuestecicas se las trae, pues desde Benasque, hasta Ampriú se suben desde los 1.138 de Benasque, hasta los 1900 de la estación en Ampriú.
El día, era magnífico, soleado y despejado, el Aneto, y La Madalena y el Posets, se podían ver perfectamente, el decorado pierenáico, no daba excusa, era el día ideal para una carrera de montaña de altura osea una skyracing. Recogo mi dorsal, uno distinto al día anterior, ahora el 108, el chip, debíamos pasar al menos 3 controles de paso, apenas me doi cuenta y ya estaba en la línea de meta, hacía calor, saludo a Mario Llorens, y le deseo suerte, era mi única cara conocida y era casi como de la família. Las chicas acababan de salir y ahora nos tocaba a nosotros....piiiiii, ya está era la hora de la verdad.
Salimos con cabeza, pero en las primeras rampas, cada uno se queda donde le corresponde, yo apenas llevaba 3 minutos y ya tengo que andar, demasiada pendiente, ahora si mis cuadriceps, me piden pasar la itv. son pistas, pero tremendamente empinadas, era el la subida al Collado de Basibe 2.227 mts). Enseguida nos metemos campo a través, veo a una chica en el suelo, llorando mas de rabia que de dolor, se ha retorcido la rodilla, y es que las madrigueras de las marmotas eran para nosotros como trampas, pues la mayoría estaban tapadas por las hierbas y no se veían, había que ir con mucho cuidadado, llegamos a un valle con un lago de fondo, paradisiáco, miro hacia atras, y me quedo flipado, voy casi el último, creo que el séptimo o así por la cola, que desastre, y mi orgullo me espolea de tal manera que arremeto y me "pongo a la faena". Pero la subida que tenía delante no favorecía en absoluto, imaginaros el paisaje, craneos de vaca esparcidos por la pendiente, el helicóptero de la organización revoloteando, como diciendo, ... no es por si acaso, y acabo de pensar esto y un pedrusco del tamaño de un zapato me golpea en el cuadricep derecho y por unos segundos me deja la pierna como acalambrada, y es que claro, los que van delante, van soltando piedras y los de abajo somos como bolos en una gran cancha de la que no podemos escapar...
Tengo suerte, me ha pillado molla y enseguida me repongo,... no se que hubiese pasado si me da en la cara..., en realidad es este golpe el que me despierta y empiezo a recuperar. Voy adelantando a gente, ya en la bajada del Basibé, recupero posiciones, es el barranco de Cibolles, una ladera llena de hierba y huecos de marmota, muy muy técnica, llego al fondo del barranco y tiko el chip, prosigo ahora una subida acojonante es la subida del collado de la Corba que definitivamente nos llevará al pico Gallinero, 2.782 mts., asombrosamente, es en esta subida cuando mejor me encuentro de toda la carrera y gracias al gel que voy saboreando logró adelantar bastantes posiciones, llego a la cima y el paisaje es tremendo, solo por esto ha valido la pena venir, me dejo caer, hacía el collado del Ampriú (2.258 mts.), es una baja muy larga y técnica pero este si es mi terreno y por primera vez en toda la carrera me siento corredor de montaña, ya era hora cojones. La bajada tan larga me ha dejado, tocados los cuadriceps, y el repecho que me conducirá al último pico, se me hace un poco duro y me hace volver a andar, pero pienso en lo perdido al principio y me digo, no hay dolor, ... estamos hechos para sufrir como dice mi amigo Juanjo Malpica, y busco mi "energía alternativa" como en Terminator I y empiezo a trotar, llego a la base de los telesillas y viene una bajada que me llevará a la base de la última subida, el pico Cerler (2.409 mts), que no es moco de pavo, pero ya puesto pues me digo, pues alé y para arriba, mucha piedra suelta, hay que volver a abrir los ojos y no meter el tobillico en donde no te llaman.
Voy cogiendo a mas gente, y ya nadie me coge a mi, la bajada del gallinero me ha dado suficiente garantías hasta meta de preservar mi puesto, en la cima del Cerler, tiko de nuevo, y el chico de la organización me dice, "... ahora con cuidado, todo bajada...", yo que bien bajada, en este punto llevaba 2:30, ... pero cuando miro para abajo...doummmmmmmm, pero ¿que es esto?....
Fué una atentica locura, aquí veis las fotos, porque lo que os cuente es poco, piedra suelta, bloque mas grandes, huecos insalvables y sobre todo en el fondo del valle la carretera de acceso al complejo de Ampriú y en definitiva la meta, era bastante peligroso, pero chano, chanico, llegue a la zona última de bajada, las piedras se convirtieron en hierbajos, frescos y jugosos pero muy, muy resbaladizos, me cai al menos dos veces, lleno una vez mas de trampas marmoteras y canales de agua que apenas se divisaban...,
los últimos 300 metros fuerón increibles, ya se veía el arco de meta, me miré el crono, quería bajar de 3 horas y apreté para al final conseguir 2:59 que me supieron a gloria. Mi mujer, y mi hija, estaban esperándome, habían subido a buscarme, "a dedo", ¡¡eso si es afición!!, me alegré enormemente de verlas pues no me las esperaba, había quedado con ellas en vernos en el hotel..., pero allí estaban, muy emotivo. Al final, buen sabor de boca, pues en la clasificación, a pesar de que son demasiados metros para mi en tan poco tiempo, pude enmascarar mi posición al adelantar a 33 corredores en las dos últimas subidas y bajadas... Una vez mas era un finisher y eso era lo que me importaba.